TERAPIA COMUNITARIA INTEGRATIVA SISTÉMICA
La TCI es, una metodología de trabajo con grupos, que permite recuperar y desarrollar las capacidades y recursos individuales y comunitarios. Favorece el rescate de la autoestima, la construcción de una ciudadanía activa, el redescubrimiento de la identidad cultural y el fomento de la salud integral. La TCI es una práctica que posibilita la creación de redes solidarias, movilizando los recursos y capacidades de las personas, familias y comunidades, suscitando la dimensión terapéutica del grupo.
La TCI estimula el compartir las experiencias de vida entre los participantes y a fortalecer y/o rescatar la autoestima de personas que, muchas veces, no reconocen el sufrimiento como algo que les oprime. Tiene como propósito valorizar el saber de la comunidad y las habilidades individuales, así como, despertar las capacidades terapéuticas del grupo. Se configura como una alternativa eficaz y de bajo costo para el trabajo de atención en la salud social.
Es una herramienta para trabajar con grupos que buscan identificarse individual y colectivamente para auto-sostenerse y crear vínculos solidarios que promueven alternativas y estrategias para lidiar con las dificultades cotidianas, compartiendo experiencias, saberes, aprendizajes para alcanzar una vida sana y digna.
La TCI es una metodología construida desde la sabiduría comunitaria, desde sus capacidades y sensibilidades para reconstruirse como sujeto individual y social, tejiendo juntos una red de apoyos que alimenta el sentido de la vida.
La TCI ofrece un espacio para compartir experiencias de vida y sabiduría de forma horizontal y circular. Busca superar los desafíos que nos impone la vida cotidiana, recuperar el sentido de la existencia, resignificar colectivamente el sufrimiento humano, los inconvenientes de la vida diaria, y las formas en que los participantes han superado las adversidades que se han presentado a lo largo de su historia.
¿CUÁLES SON SUS BENEFICIOS?
Su creador el Dr. Adalberto Barreto de Paula afirma: “Las soluciones están en lo colectivo, en el compartir, en la identificación con el otro, en el respeto a las diferencias. La comunidad actúa donde la familia y las políticas sociales fallan”.
A partir de la reflexividad sobre los sufrimientos de la vida cotidiana, que se comparten en un espacio social, se pueden encontrar soluciones auto-gestionadas que generan empoderamiento individual y comunitario. Por eso la TCI aumenta la autoestima de las personas, fortalece su poder resiliente y contribuye a la creación de vínculos solidarios. De este modo, promueve, el desarrollo de las comunidades afianzando lazos afectivos con los familiares y vecinos. Las personas reconocen su propia capacidad transformadora de la realidad, recuperan la esperanza y se fortalecen las redes sociales.
¿EN QUÉ SE BASA LA TCI?
La palabra TERAPIA, en su origen griego, significa «acoger», «cuidar»; el terapeuta es quien acoge en forma amorosa; COMUNIDAD es una palabra derivada del latín arcaico «communitas» y se refiere a un conjunto de personas vinculadas por intereses e inquietudes comunes; en este caso, el sufrimiento, la exclusión, la búsqueda de soluciones y la superación de las dificultades.
La TCI trabaja con ambos los significados. Las “ruedas” de terapia son espacios donde se acoge a las personas para compartir sus dificultades y sus logros, valorar sus experiencias de vida, rescatar su identidad y ampliar su percepción de las dificultades y posibilidades de solución, a partir de las competencias, voluntades y capacidades para reconstruirse como sujeto individual y social, tejiendo juntos una red de apoyos que alimenta su sentido de vida propias y de la comunidad.
La TCI está sustentada por diversos enfoques que atraviesan la dimensión afectiva y vivencial y no sólo la dimensión intelectual. Se basa en cinco ejes teóricos:
• El Pensamiento Sistémico
• La Teoría de la Comunicación
• La Antropología Cultural
• La Pedagogía de Paulo Freire
• La Teoría de la Resiliencia
¿DÓNDE Y CÓMO SURGE LA TCI?
La TCI nace en la favela de Pirambú, un barrio carenciado de la ciudad de Fortaleza, estado de Ceará, Brasil, en el año de 1987. La TCI surge en respuesta a demandas de personas que no podían acceder a prestaciones de salud mental en hospitales generales.
Fue creada por el del antropólogo y psiquiatra, el Prof. Dr. Adalberto Barreto de Paula, y sistematizada en el Departamento de Salud Comunitaria de la Facultad de Salud y de Medicina de la Universidad Federal de Ceará Brasil, bajo su coordinación. Actualmente la TCI está activa en la mayoría de los estados de la federación brasileña; más de 36.500 terapeutas comunitarios han sido formados.
Participa como tecnología social en las áreas de la salud, la educación, la justicia social, proyectos de arte y cultura, negocios, etc. La TCI está siendo difundida en países como Francia, Suiza, España, Alemania, Italia, Mozambique, Venezuela, Colombia, Chile, Uruguay, Argentina y Ecuador.
¿POR QUÉ LA TCI SE CONSIDERA UNA ESTRATEGIA APROPIADA?
Esta metodología de trabajo en comunidades, aplicable en cualquier grupo con intereses comunes o no, busca integrar saberes populares y tradicionales con el saber científico, de una manera horizontal y circular, no jerárquica. Su fortaleza está en que así como “la comunidad tiene problemas, también cuenta con las soluciones a dichos problemas”. Capitalizando sus aspectos resilientes se empodera a la comunidad.
En las ruedas o encuentros de terapia circula una corriente de afectividad que genera cohesión social, en la cual los participantes revalorizan su propia historia de vida e identidad, lo que desmedicaliza el sufrimiento humano.
Se configura como una alternativa eficaz y de bajo costo para el trabajo de atención psicosocial y de salud integral, complementaria a los sistemas de salud estatales y privados. Se centra en la construcción de redes sociales solidarias para el combatir el sufrimiento y/o la vulnerabilidad social.